viernes, 26 de octubre de 2012
Resolución de conflictos: cómo manejarse en situaciones difíciles
Cómo negociar con un cliente
difícil
En la actualidad son los clientes los que manejan la relación comercial, los que
poseen un poder de negociación sobre los proveedores. Los clientes no están
dispuestos a que los traten mal, a que las empresas no cumplan con sus
expectativas y solo compran lo que necesitan y no lo que les ofrecen. A todo esto
hay que agregar que en la mayoría de los casos, los productos o servicios que
poseen una alta calidad no son los más durables o eficientes en rendimiento, sino
aquellos que se ajustan a los requerimientos del cliente, es decir, los productos de
calidad son aquellos donde el cliente percibe tal calidad.
En este ambiente, el centro de la actividad económica es el cliente, y la empresa
que no se preocupa de sus clientes con calidad total lleva la relación directamente
a la discontinuidad. Esto ha obligado a las empresas a destinar recursos para
invertir en capital humano, específicamente capacitar al personal de ventas,
relacionadores públicos y a todo aquel que tiene contacto directo o indirecto con el
cliente, con el objeto de entregar un servicio de excelencia. Es así que primero hay
que tener claro que el cliente es quien manda en el mercado (excepto en los
monopolios donde el oferente aún maneja la relación en el corto plazo y el cliente
lo hace en el largo plazo) lo cual lleva a hacerse la pregunta ¿qué hacer cuando
los clientes actuales o potenciales se caracterizan por ser difíciles?, ¿Cómo
negociar con los clientes difíciles sin arriesgar los intereses de la empresa ni
perder la relación comercial?
ESTILOS DE CLIENTES DIFÍCILES.
1. Cliente Agresivo. Son exigentes con sus requerimientos, se quejan con facilidad,
se vuelven agresivos cuando el producto o servicio es deficiente o en los casos
que el vendedor no respeta los acuerdos pasados. Su forma de expresarse es
fuerte y agresiva; no dejan hablar a la contraparte y, en la generalidad de las
veces, encuentran que los errores nacen por parte del vendedor; buscan
soluciones rápidas a sus requerimientos. Suele suceder que si este cliente no ve
salida a la negociación procede a terminarla, rompe las relaciones existentes y,
además agrega mala publicidad hacia el vendedor y empresa oferente.
2. Cliente Prepotente. Son personas que tienen aires de superioridad hacia el
resto, creen saberlo todo, no tienen problemas con atacar y humillar a los
vendedores. Les gusta demostrar sus conocimientos, si tienen poder sobre la otra
persona lo usan, desean sentir y que son ellos quienes maneja la negociación y
que el vendedor sólo es un intermediario a sus requerimientos.
3. Cliente Quejoso. Esta persona encuentra todo malo, el precio muy alto, el
servicio muy malo, en general, no les gusta lo que existe. Acá los vendedores poco
observadores suelen aceptar cada exigencia y queja sin diferenciar, en muchas
oportunidades, las que son legítimas de aquellas que poseen una exageración por
parte del cliente.
4. Clientes Silenciosos e Introvertidos. Puede parecer que estos clientes son
manejables y están lejos de ser difíciles, pero en muchos casos suelen ser más
difíciles que el cliente más agresivo, debido a que sólo negocian con aquel que
sienten confianza. Su silencio se puede deber a falta de personalidad o
desconfianza natural con las nuevas personas que conoce.
5. Cliente Desinteresado. Este tipo de cliente es difícil porque no hay manera de
entrar a una negociación con él, sencillamente no está interesado en lo que el
vendedor ofrece, En estos casos pueden existir diversos motivos para esta actitud
como, por ejemplo, que ya tenga una relación comercial con la competencia, que la
empresa no esté diferenciada, o bien porque no le interese arriesgarse a cambiar
de proveedor. En muchos casos este cliente suele ser el más difícil.
Estrategias para Negociar con un Cliente Difícil.
Prepararse al máximo. Las clientes difíciles (en especial aquellos de
temperamento alto y paciencia baja), se vuelven más dificultosos para negociar
cuando la contraparte en este caso el Representante Comercial de la empresa
oferente, es una persona poco informada, con bajo manejo del tema en cuestión,
en la práctica no tiene poder de decisión, siempre va dejando pendiente las
decisiones importantes por no poseer toda la información necesaria y, de esta
forma, resta fluidez a la negociación. Para que no se presenten los motivos
mencionados, el vendedor debe poseer un gran y amplio conocimiento de las
distintas variables que influyen en una negociación -requisito fundamental para que
el vendedor sea un negociador seguro, confiado y responsable- y que no se deje impresionar por el carácter y personalidad del cliente. Debe ser un negociador con
capacidad de respuesta a los diferentes requerimientos de la contraparte y se
puede adaptar a los distintos rumbos que puede tomar la negociación.
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